Funciones

 

Los bioelementos carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, que en conjunto aportan el 95 % del peso del organismo humano, cumplen sus funciones principales formando parte de la mayoría de las  biomoléculas orgánicas, es decir las proteínas, carbohidratos, lípidos y ácidos nucléicos; así como de sus monómeros, los aminoácidos, monosacáridos, ácidos grasos y nucleótidos y de sus intermediarios metabólicos.

Algunos de los macroelementos desempeñan funciones por sí mismos, como el oxígeno que interviene en las oxidaciones; el calcio y el fósforo en la estructura de los huesos; el sodio, potasio, cloro, calcio, fósforo y magnesio como componentes iónicos de los líquidos orgánicos, en los que contribuyen al equilibrio eléctrico, a la presión osmótica y al equilibrio ácido-base; el azufre forma parte de dos aminoácidos y el fósforo tiene un rol muy importante en los nucleótidos como el ATP y en los ácidos nucléicos, que contienen el código genético de todos los seres vivos.

Los 10 bioelementos restantes, llamados también los microelementos, que aportan en conjunto cerca del 1.6 % del peso corporal, se encuentran en proporciones muy pequeñas y muchos de ellos, como el manganeso, zinc, cobre, cobalto y fierro, funcionan unidos a las proteínas o como activadores iónicos en el sitio activo de las enzimas. Algunos de éstos bioelementos menores, cumplen funciones especiales como por ejemplo: el fierro formando parte de la hemoglobina y los citocromos, el yodo en las hormonas tiroideas, el cobre en la citocromo oxidasa y el cobalto en la vitamina B-12.